jueves, 18 de enero de 2024

La inspiración de Lebrija y el entorno de Doñana en "En el nombre de Arcadia"

 

Subir al cerro del castillo de Lebrija con el libro fue un sueño hecho realidad.

Después de cuatro años volví al pueblo de mi madre y el que, aún hoy, y siempre, consideraré como mi segundo pueblo: Lebrija (Sevilla). En diciembre de 2020 comencé con el wordbuilding (Para los que no sepáis la jerga, «construcción del mundo»); meses después, la planificación de esta primera novela de la trilogía que comenzó con el mapa. Creo que la mayoría de los autores de fantasía españoles nos inspiramos en la península ibérica. En el caso de Clypeus es una isla (para que no fuera tan evidente) y, como no podía ser de otro modo, el cono sur se asemeja a Andalucía. Y no podían faltar las hipotéticas marismas del Guadalquivir.

Porción del mapa que representa las tierras bajas de la nación de Clypeus.

 

Ya que las inspiraciones ameritan esta entrada, empecemos por el principio, por el mapa y la etimología de las localizaciones. A partir de Catacreig —una ciudad sobre un promontorio que está inspirada en una Sevilla ubicada en una hipotética Comarca de los Alcores— discurre el río Abaíndeva en su curso bajo por la marisma terreno arcilloso cuarteado en donde crecen los almajos (hasta los almajos tienen simbolismo para mí. Ya me inspiré en el mismo lugar cuando escribí En busca de su encuentro). 

Ilustración que realicé para el booktrailer de En el nombre de Arcadia. Mensajes de ultratumba que representa la escena en la que nuestros personajes se acercan a Tanimach por la marisma tapizada de almajos.

Marisma tapizada de almajos vista desde la carretera a Sanlúcar (A-471), en las inmediaciones de Trebujena (Cádiz).

 

Hacia la margen izquierda tenemos las Colinas Verdes y, al este, próxima al río, la marisma baja y pantanosa. En el entorno del curso bajo del Abaíndeva, a semejanza del estuario del Guadalquivir, los lucios, las vetas y las veras, aparecen como antesala al hipotético Coto de Doñana. Los pinares aquí conforman los «Bosques del Oeste», engullidos por los sistemas de dunas en las proximidades de la costa. El término adecuado para esas islas boscosas son los corrales interdunares. La auténtica inspiración se remonta a mis frecuentes visitas al centro de visitantes del parque nacional "Fábrica de Hielo", en el marinero barrio sanluqueño de Bajo de Guía. En nuestra era digital, tenemos la suerte de leer en PDF lo que en los paneles y cartelas del museo se explica. Aunque si tenéis la ocasión, os recomiendo visitarlo. Aquí podéis descargar dicha guía.

Panorámicas de las marismas con Doñana en lontananza. He indicado localizaciones para su referencia como uno de los lucios y la Veta La Palma.


Vistas desde el lienzo sur del castillo. Podemos observar la sierra de Gibalbín en primer plano y la de Grazalema en la lejanía.

Vista del lienzo almenado desde el que me asomé en la foto anterior, junto a la ermita de Ntra. Sra. del Castillo, Patrona de Lebrija, desde la calle Sochantre Juan Porte.


A la orilla de la margen izquierda del estuario, nos encontramos con las ruinas de lo que fue un poblado de pescadores. En este primer libro de la trilogía no se menciona el nombre, pero sí aparece en el mapa, ya que «Ambàr» lo ideé a ultimísima hora. Este poblado en el que nacieron Myrna y Lennox (los abuelos paternos de Maddox) fue asediado en los tiempos de los mencionados; con lo cual huyeron hacia el norte y se instalaron en la villa de Tanimach Nuisgechán. No adelantaré esta historia, pues es lo propio que la conozcáis en el segundo libro. Al respecto, solo enlazaré con el componente mágico de esta tierra. Supe de esta atribución mágica a dicha tierra gracias al programa de Milenio 3, Doñana:el último paraíso del misterio. En Mensajes de ultratumba, cuando los personajes acampan en las marismas al frente de Tanimach en la Noche Mágica (el equivalente a la Noche de San Juan), cuentan leyendas de aquellos que vieron luces verdes emerger de los pantanos aledaños a los Bosques del Oeste. Esto se da en la realidad con los fuegos fatuos, aunque en esta ficción no es el caso. Esas son las dudas que forman la idiosincrasia de toda leyenda. Pero aquí uno que, como el dios de este mundo que ha creado lo sabe todo, os adelantaré que aquellos llamados «hombres que llegaron de las estrellas» se sintieron atraídos por esta tierra mágica hasta el punto de fundar una ciudad que consagraron a sus dioses; cuyas ruinas aún emergían sobre la isla en el centro de un lago (un mermado Lacus Ligustinus). En el de la realidad se cree que en dicho lago que ocupaba la totalidad de las marismas del Guadalquivir, en el centro, Platón ubicó la legendaria Atlántida. En la mítica ciudad está inspirada Denadiatán; y no solo en su morfología concéntrica, sino también en esa leyenda como ciudad sagrada. Y a propósito de mitología y Lebrija, se cuenta que fue fundada por el dios griego del vino, Dionisio; Baco para los romanos. Se cuenta que desde su fundación, Lebrija fue muy codiciada; incluso ya en tiempos de la Corona de Castilla. 

En la ficción que nos concierne, centurias atrás, más bien milenios, el lago de Denadiatán ocupaba toda la marisma; dando lugar a los asentamientos en el borde las Colinas Verdes, que por entonces demarcaban la línea de costa. Al igual que Lebrija, así surgió la villa de Tanimach Nuisgechán y, al igual que Lebrija, tomé la misma o similar etimología. Permitidme el fragmento extraído del wordbuilding en el que además se incluye «Veneria», la denominación que recibía esta región en dicha época del lago y que corresponde en mayor grado con la etimología de Lebrija.

 

-   Tanimach Nuisgechán -> Thàinig a-mach às na h-uisgeachan -> Lebrija: Nabrissa del pueblo de Oriente «semítico»: «naet prisa», que quiere decir «población a la salida de las aguas».  «Emergida de las aguas» en gaélico escocés: «thàinig a-mach às na h-uisgeachan». (aclaro que, para crear diferentes lenguas, aunque la mayoría a modo de atrezo y solo para nombrar localizaciones, utilizo el traductor de Google. Para estos toponímicos tampoco hace falta rigor en la traducción cuando es atrezo. Como curiosidad, tanto el gaélico escocés como el gaélico irlandés se lo apropié a los pueblos keltes). Y el gentilicio, «tanimanos/as».

-   Veneria -> Es el nombre que se le daba a Lebrija y que hace alusión a algo que mana; como el agua -ven- (veneros) -eria- (tierra). No se sabe si realmente significa “tierra venerada”. En las tierras bajas de la Gran Isla Central (antiguo nombre que recibía Clypeus), en la lengua de los ambras (para nosotros el latín), es el nombre que le dieron los clannadurs a la región que fundaron en lo que, con el tiempo, se iría transformando en las marismas del Abaíndeva. El nombre de la región y el de la villa de Tanimach, estaban ligados y, además, se fundaron en la misma época.

 

Con este ejemplo de paso veis que el wordbuilding (para los que no lo sepan, todo un universo como el Mundo Mágico, la Tierra Media o Poniente) es muy complejo. Hay miles de toponímicos, pueblos, razas, genealogías, calendarios con festividades y costumbres, hasta un recetario y una historia universal en la que no falta una cronología. Por supuesto, una cosmogonía inspirada en mitologías como la sumeria, la celta o la griega, entre otras de las que aparecen en el libro (hay muchas más; la suya para cada región de este mundo). Arcadia es un reino dentro de un mundo como podría ser el nuestro. No es que haya escrito El Silmarillion, pero quise crear un universo complejo con intención de expandirlo más allá de esta trilogía. Con esto os muestro una pequeña parte de lo que utilizo a modo de apuntes. Los que no hayáis leído la novela, no os asustéis que en el libro se da la información relevante para las tramas y sin abrumaros con datos y detalles. Bien, sigamos.

Regresando a la historia de En el nombre de Arcadia. Mensajes de ultratumba, conociendo estos datos, vamos al capítulo que no podía llamarse de otro modo sino Las marismas. Se acercan a la villa y Maddox siente la conexión con la tierra, como si cobrara vida y le llamara. En primer lugar, pensaréis que por esta razón Maddox soy yo. No. Mi alter ego lo repartí entre varios personajes. Pero sí que le endosé experiencias propias como esta. Cuando desde pequeño, ya fuera en el coche o en el tren, me acercaba a Lebrija sentía esa cercanía con la tierra; y aún hoy. Creo que eso define «raíces». Y a propósito de tierra, es la protagonista en este primer libro de la trilogía; la tenéis hasta en la portada. Aunque de la tierra roja de Arcadia ya hablaré en otra ocasión. Ya que diferencio las marismas con Arcadia, este territorio pertenece a otro reino llamado Anand. Ya os digo que Arcadia es solo una ínfima porción de todo un mundo.

Continuando con el periplo de nuestros personajes, no voy a incluir detalles para evitar el spoiler. De las marismas nos vamos a la villa que, aquí otra inspiración propia, al igual que yo, Maddox recuerda cuando viajaba desde Tiodlacdia, la capital de Arcadia, para visitar a sus abuelos; como yo, que desde muy pequeño veraneaba en la casa de los míos en el 16 de la calle Cádiz de Lebrija.

El caserío de casas blancas (enlucidas por la arcilla del lugar) se extiende sobre la loma del cerro coronado por un castillo de nueve torres. Hasta el número de torres tiene un significado, pues, según me documenté sobre el de Lebrija, eran las que se contabilizaban en la fortaleza. Aunque no seré yo quien os pueda contar la historia del castillo, sino este documental. Si os gusta la historia, ya no solo localizada en Lebrija sino en general, os recomiendo bucear entre los aportes de La Sibila S.L., Interpretación del Patrimonio Cultural.

 


Después de este magistral documental, no queda mucho más queda que añadir; solo un último apunte: como hemos visto en la recreación virtual, el castillo de Lebrija era un recinto fortificado que albergaba edificaciones como la ermita, la residencia del señor y la propia torre del homenaje; a diferencia del de Tanimach, conformado por la misma edificación en donde no faltaban los típicos pasadizos o las mazmorras.

 

Vista de los restos de la fortaleza presididas por la escultura del Sagrado Corazón de Jesús, desde la calle Condesa de Lebrija. 

Restos de la muralla que separaba el recinto fortificado de la alcazaba. Entre esta y el otro lienzo, se ubicaba la torre del homenaje.

Subir al cerro del castillo de Lebrija con un ejemplar ha sido un sueño hecho realidad. Después de leer esta entrada, entenderéis el simbolismo que guarda y lo que significaba para mí. Y no contento con llevarlo a este lugar, quise que fuera a la puesta de sol por una escena en la que Maddox, con la mirada puesta en el horizonte de la marisma, rememoraba su infancia cuando con sus padres iba a la casa de los abuelos. 

Si tenéis buena vista, descargáis o ampliáis la imagen, podréis leer estas páginas en donde se describen las marismas y la villa de Tanimach.

Como en la foto anterior, si sois capaces de leerlo (si no, comprad el libro) encontraréis escenas que transcurren en el interior del castillo. Por cierto, el capítulo Donde el río muere en el mar, es el que le sucede al de Las marismas. En ambos se condensa el tema que nos ocupa.

la contracubierta y, al fondo, se aprecia los restos de la otra muralla que separaba el recinto fortificado de la alcazaba. En las lindes de esta última estaría ubicada, aunque,a nivel del resto de la muralla. Si habéis visto el documental, sabréis por qué.

 

Y no solo me contentaba con llevar el libro a Lebrija, sino que desde que se publicó en agosto, desde que doné ejemplares a las principales bibliotecas de Córdoba, era mi ilusión depositar el ejemplar que nos ocupa en la Biblioteca Municipal de Lebrija «ElioAntonio de Nebrija». Lo llevé a la mañana siguiente y apenas le conté a la bibliotecaria que estaba inspirado en Lebrija, me propuso que lo dedicara. Con todo mi cariño así lo hice para mis lebrijanos. No solo quedó en la dedicatoria y el agradecimiento, sino que me comentó que organizaría una lectura conjunta con el club de lectura de la biblioteca; además de un evento como una tertulia. Para agradecimiento el mío por la acogida que tuve de parte del Área de Cultura del Ayuntamiento de Lebrija en la biblioteca. Participar en ese evento sería otro sueño hecho realidad; pero más el propio hecho de que los lebrijanos lean este libro con un fuerte arraigo en el pueblo.

Gracias por leerme.

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